Hoy he jugado al tenis. hacía exactamente tres años que no lo hacía. El partido era contra mi hermano mayor, por lo que se entiende que perder entra dentro de lo posible, incluso será lo normal, ya que el hace deporte más a menudo que yo. Pero lo importante es volver a sentirse persona.
Y es que antes de ser padre, jugaba al menos tres veces al tenis a la semana. Con los primeros hijos la frecuencia menguño un poco, para pasar a ser nada a partir del tercero. Y no es culpa sólo de los hijos, sino de todo en general: duermes menos y por tanto te da menos pereza hacer deporte, más trabajo, y más cansancio. Pero visto que esto ya es lo normal, es mejor volver a intentar llegar a una frecuencia normal, ya que el deporte te hace más persona y menos burro.
Del partido en sí mismo poco que contar, ya que parecía un viejo de 60 años que tuvo y no retuvo paseándose por la cancha. Solo que tengo cuarentaytantos.... ha merecido la pena.
Lo malo de estos partidos tan desiguales es que el rival se aburra un poco y no quiera repetir. Eso lo veremos pronto. A ver qué excusas me pone para el próximo partido.
Y por hoy nada más. Mañana será otro día. Hasta mañana.
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