sábado, 20 de noviembre de 2010

AMAR EN LA DISTANCIA

En la distancia se puede amar. No es barato, porque los viajes cuestan, el teléfono, etc., pero es posibel mantener una relación en la distancia.

Se puede mantener mientras sea coyuntural, Momentaneo. Con un final feliz. Porque amar es querer hacer un proyecto común. Hacer vida en común. Al menos en la pareja. Pero claro, en la distancia esa puesta en común se paraliza. Salvo que la distancia sea un medio para llegar a fin último como es la vida en común.

Pero si no hay ese fin, la distancia siempre enfría. Es como esas pelis en las que el chico el dice a la chica que le siga en un ascenso. Y ella dice que no. Y claro es el fin de la relación. Porque en toda relación, cuando no son de la misma ciudad, simpre hay un momento en el que uno de los dos tiene que quemar las naves. Abandonarlo todo e irse a vivir con el otro a empezar de cero. Salvo que los dos quemen las naves y se marchen a una cuidad intermedia a empezar juntos de cero. Pero eso, tal y como está el trabajo hoy día es poco sensato.

Pero si uno de los dos no quema las naves. No decide irse detrás de su amor, lo normal es que el amor se enfríe y se termine perdiendo. Porque en realidad no hay un proyecto en común.

Eso me pasó con la Parra. Ella lo abandonó todo y vino con una mano delante y otras detrás. Y hoy día todos comemos de ella. Es lo que tiene la generosidad.

Y por hoy nada más. Hasta mañana. A pasarlo bien.

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