sábado, 27 de noviembre de 2010

BUSCAR LO MEJOR

Con los hijos siempre queremos lo mejor. Pensamos que tenemos todas las recetas, que lo sabemos todo y que no hay nadie que nos pueda enseñar nada. Incluso pensamos que nuestros hijos son lo mejor de lo mejor.
Pero muchas veces vienen de fuera para darnos un toque de atención. Para decirnos que hay otra forma de actuar con ellos, que no son como nosotros pensamos. Y que se puede sacar más cosas de ellos que las que pensamos.

Es lo que nos ha pasado con una de nuestras hijas. Y efectivamente, después de una semana de tener una tutoría en la que teníamos poca fe, descubrimos que nuestra hija es mejor de lo que pensábamos. Y que se puede sacar más cosas buenas que las que pensábamos. Y luego dicen que no es importante la educación de los niños. No hay inversión mejor. Ni más rentable.

Porque la educación no es sólo que sepan mucho Inglés o Francés o Alemán. Es que tenga alrededor un equipo educador que analice continuamente a los niños para ver cómo se les puede exigir lo máximo, y no sólo academicamente, sino a nivel humano, para sacar de ellos las virtudes que serán el apoyo de sus vidas.

No nos arrepentimos de la elección. A pesar de ser un gasto muy grande en la crisis actual. Pero ya digo. No hay mejor inversión.

Y por hoy nada más. Mañana será otro día. Hasta otro día.

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