viernes, 29 de abril de 2011

CARTA RENDIDA A MARIA ANTONIA IGLESIAS

Querida, admirada y respetada María Antonia, te escribo estas
emotivas líneas para mostrarte mi más sincera solidaridad con tu
persona, tan injustamente vilipendiada por la derechona extrema y
pendenciera. No es justo que digan de ti que eres prepotente,
intolerante, jacobina, zafia, mamporrera, mezquina y maleducada, cuando
todo el mundo sabe que eres dulce, educada, sutil, ecuánime,
independiente, amable y divertida como la que más. Y quien diga lo
contrario miente como un bellaco.

    Tampoco entiendo cómo pueden tacharte de insensible con las
víctimas del terrorismo, sólo porque achacaste las críticas que hizo
Marimar Blanco al presidente Z y el dolor que sentía por su negociación
con ETA a que Mari Mar es del PP. ¡Insensibles son los que te critican!
Y seguro que te llamaron de todo menos guapa cuando afirmaste,
demostrando una vez más tu inmenso talante democrático, que «Batasuna
debe participar en las elecciones porque es dejar sin voz a medio
millón de vascos». Puede que hasta te llamaran traidora, falsa y
exagerada por regalar 300.000 votos extra a los demócratas etarras y
por asegurar, fiel a tus inquebrantables principios democráticos, que
era «una imbecilidad» no estar de acuerdo con tus posiciones. ¡Ay, qué
injustamente se porta la vida contigo, mi pobre Mari Toni!

     Ni puedo aceptar tu fama de resentida integrista del progre-
republicanismo que te achacaron tus enemigos fascistas cuando
afirmaste, con todo el sentido común e histórico, que el Desfile de la
Fuerzas Armadas del Día de la Hispanidad era «partidista porque sólo
desfiló la bandera bicolor representando a España y no la tricolor
republicana», pues «la bandera bicolor es cosa de Franco y excluye a
los españoles derrotados en la guerra civil». Seguro que además te
tacharon de estúpida, ignorante y maniquea. ¡Con la pedazo de memoria
histórica que tienes tú, que has vivido in situ la historia de España
desde que nació, por lo menos!

     Pero lo que más me repatea es que te califiquen de sectaria sólo
porque llames fascista a todo el que no comulga con tu siempre acertado
criterio o a los votantes/simpatizantes/ militantes del PP sólo porque
lo sean o porque defiendas el democrático cordón sanitario o porque
justificaras las democráticas agresiones a las sedes del PP afirmando
(con toda razón) que eran ellos quienes las provocaban. Si son unos
fascistas de mierda y unos fachas y unos asesinos, ¿por qué no se lo
vas a llamar? ¿Es que no hay libertad de expresión o qué?   Y si en las
tertulias televisivas interrumpes continuamente a todo el que cuestione
las tesis oficiales de tu jefe oficial, es porque no merecen hablar. Y
punto en boca. Y además lo haces con tal elegancia, gracejo y sutileza
que no se te puede ni reprochar la (presunta) falta de educación. ¡Pero
si los interrumpidos quedan incluso agradecidos por tus inteligentes a
la par que elocuentes multi-interrupciones! (y si se quejan, es que son
unos antidemócratas mercenarios de la extrema derecha). Y quien ose
decir que segregas bilis en cada palabra y supuras odio en cada
argumento es un mentiroso, un exagerado, un asqueroso y está corroído
por la envidia más envidiosa y fea (con perdón).

     Y ya me sublevo y me rebelo y me revuelvo, mi querida Mari Toni,
cuando cuestionan tu ejemplar profesionalidad, tu imparcialidad, tu
independencia, ¡tus valores democráticos sin mácula! sólo porque fuiste
directora de los servicios informativos de TVE en los años de la
(presunta) corrupción, del (presunto) GAL y la (presunta) cal viva, de
los (presuntos) fondos reservados y demás presunciones de la era
González, tu idolatrado, tu bienamado. Y buena prueba de tus 100 años
honradez (o más) es que cuando fuiste directora de la revista Interviú
no abusaste de tu posición para salir en portada mostrando tus gracias,
como hacen otras aprovechadas, haciendo así gala de tu modestia y de tu
buen gusto y probablemente salvando alguna vida.

Y me cabreo y me indigno y me exacerbo cuando te comparan con el
seboso monstruo Jabba el Hutt de la Guerra de las Galaxias o cuando te
llaman “albóndiga estalinista” o “albóndiga roja”. ¡Es que no lo puedo
soportar! ¡Qué falta de educación, qué grosería infame, qué zafio
comportamiento ante una gentil dama! ¡Mira que mezclar la comida con la
política!

En fin, mi querida, admirada y respetada María Antonia Iglesias,
nombre de reina desafortunada y apellido de casta vocación (aunque sé
que tú nunca perderás la cabeza como la monárquico-fascista María
Antonieta; y que tampoco ejerces la castidad, al menos voluntaria, como
los curas de la COPE ), sólo quiero añadir que estoy contigo, que te
aprecio por lo que eres y por cómo eres, que te quiero por tus muchas
virtudes y tus escasísimos defectos; y te prometo, con el corazón en la
mano, que cada vez que te vea en las tertulias de la tele sonreiré con
deleite, sólo por verte, sólo por escucharte.    Y a los que no te
comprenden, ¡que les den morcilla! Porque, ah, Mari Toni, ¿quién puede
dudar de tu belleza interior? Si tú eres la prueba viviente de que LA
CARA ES EL ESPEJO DEL ALMA.


Besos... bueno, abrazos... estooo, un saludo afectuoso


PD. Y dile a tu amigo y compañero Enric que sonría un poco, ¡hombre!,
que da pena. No entiendo cómo puede tener esa cara de amargado perenne
compartiendo bancada con tu bellísima persona y gozando de los éxitos
de la égira zapatera, por Dios...    




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